Los tapones de cera son la acumulación de cerumen en el oído y puede provocar pérdida de audición cuando no se elimina correctamente. En el conducto auditivo externo existen una serie de glándulas y folículos que crean el cerumen o cera, un aceite ceroso que se implanta hasta el oído externo, donde se elimina mediante el lavado de los oídos.
El cerumen existe con la función de proteger el oído de bacterias, polvo, agua y agentes externos en general. Algunas personas producen más cerumen en sus oídos del que se elimina, de modo que la cera se acumula y se endurece en el conducto auditivo.
Durante el lavado de oídos podemos estar empujando el cerumen hacia la profundidad del oído y taponarlo. La correcta higiene de los oídos es fundamental para evitar la acumulación de cera que causa los tapones. Lavar los oídos con agua oxigenada rebajada en agua una vez al mes (como máximo) para ablandar el cerumen y evitar así la formación del tapón, la limpieza también puede realizarse con productos específicos. No introduzcas ningún objeto en el oído.