En el verano para prevenir infecciones de oídos provocadas por el agua de ríos, pantanos, piscinas hay que seguir una serie de cuidados. El agua a veces sale fácil, con sólo voltear la cabeza, otras veces parece que se atasca y acaba produciendo incómodos ruidos internos, pequeñas pérdidas de audición y molestias constantes, hasta cuando abrimos y cerramos la boca.
Lo normal es comenzar frotando la oreja o estirando el lóbulo mientras inclinas la cabeza hacia abajo y la sacudes un poco. Todavía más fácil basta con que nos echemos de lado con el oído afectado apoyado en la toalla durante unos cinco minutos, esperando que el agua salga lentamente. Otra manera es bostezar o masticar para eliminar ese agua atascada en el oído. Otra forma consiste en respirar profundo, cerrar la boca, taparse la nariz apretando las fosas nasales con los dedos y soplar por la nariz.
Aplicar unas gotas de una mezcla de alcohol y vinagre, a partes iguales ayuda a evaporar el agua que tenemos atrapada en el oído. Hay gotas óticas que están hechas a base de alcohol y que ayudan a reducir la humedad en el conducto auditivo externo, con la ventaja de que pueden eliminar las bacterias y deshacer la suciedad interna.