Trabajar con la música puede ser un gran placer, pero también puede tener sus riesgos, especialmente si no se toman medidas adecuadas para proteger la salud auditiva.
Los niveles sonoros de los instrumentos musicales o de las reproducciones de música pueden llegar a ser similares o superiores a los emitidos por las máquinas más ruidosas.
Como podemos ver en la imagen, unos platillos o unos bombos son capaces de emitir 120 dB, la misma intensidad sonora que emite un avión al despegar. O un saxofón es capaz de emitir 96 dB, la misma intensidad sonora que emite un tractor.
Los músicos pueden llegar a estar expuestos entre 2,5 y 8 horas diarias a sonidos que superan los 80 decibelios (dB) La exposición a estos ruidos puede provocar una pérdida auditiva irreversible.
De hecho, un estudio revela que el 17% de los músicos que presentan algún problema auditivo, tienen pérdidas auditivas importantes y pueden llegar a necesitar la adaptación de audífonos. pero el mismo estudio alerta que solo 1 de cada 4 músicos utiliza protectores auditivos (tapones)
A diferencia de lo que ocurre en otras actividades, en los sectores relacionados con la música y el ocio, el sonido es un componente esencial de la actividad, por lo que muchas personas consideran que no es posible limitar su intensidad o adoptar otras medidas de protección ,como el uso de tapones, sin que ello afecte a la actividad en sí.
Nada más lejos de la realidad, hoy en día los protectores auditivos (tapones) se han desarrollado para aquellas personas que necesitan proteger su audición sin perjudicar la fidelidad de su música o incluso sin afectar a la comunicación con otras personas.
Estos tapones antirruido están hechos a medida del conducto de cada persona para asegurar el máximo confort y seguridad a la hora de proteger tus oídos.
Desde clínica CODA, como centro de referencia de revisiones auditivas y adaptación de audífonos en Bilbao, insistimos en la importancia de proteger tus oídos y aconsejamos revisiones auditivas periódicas.